Colombia afianza la adopción del enfoque 7-1-7 que estima mejorar la gestión de brotes en Salud pública
Se prevé la construcción de una hoja de ruta para institucionalizar este enfoque en todos los niveles del sistema nacional de vigilancia
El nuevo modelo establece tres metas concretas para la respuesta a eventos sanitarios.
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Redacción. Bogotá
Como parte de su compromiso con la preparación ante emergencias sanitarias, el Instituto Nacional de Salud (INS) ha liderado esta semana en Bogotá el
taller nacional sobre el enfoque 7–1–7, una herramienta internacionalmente validada que busca fortalecer la capacidad del país para detectar, notificar y responder de manera oportuna a brotes y eventos de interés en salud pública.
El evento, que se lleva a cabo del 24 al 27 de junio, tiene como objetivo principal consolidar la implementación de esta metodología en los
procesos operativos de vigilancia en Colombia. Entre los temas abordados se destacan el análisis de casos simulados, las buenas prácticas en revisiones de acción temprana (EARs), y la formulación de planes operativos para incorporar el enfoque 7–1–7 en la planificación nacional.
Durante la apertura, la directora del INS,
Diana Marcela Pava, ha enfatizado la importancia de institucionalizar esta herramienta como mecanismo para cerrar brechas en la respuesta ante emergencias sanitarias: “Colombia ha demostrado capacidad de detección y reacción oportuna, pero debemos avanzar en la
integralidad del proceso. Este taller es una oportunidad para revisar lo logrado y fortalecer lo pendiente”.
El encuentro cuenta con la participación de referentes internacionales como
Graciela Ávila, consultora para América Latina y el Caribe de la Alianza 7–1–7 de Resolve to Save Lives;
Richard Garfield, jefe de la Unidad de Seguridad Sanitaria Global del CDC de EE. UU.; y
Carlos Hernández, coordinador del área de enfermedades emergentes del INS, entre otros.
¿Qué es el enfoque 7–1–7?
Este modelo establece tres metas concretas para la respuesta a eventos sanitarios:
-Detectar el evento en menos de 7 días.
-Notificar el evento en menos de 1 día.
-Responder al evento en menos de 7 días.
Su aplicación permite identificar cuellos de botella, optimizar la
articulación entre niveles territoriales y nacionales, y mejorar los tiempos de acción en salud pública. En Colombia, el INS ha venido aplicando esta metodología desde 2017 con resultados positivos, pero también con desafíos importantes.
Entre 2020 y 2022, se analizaron 381 brotes:
-El 66 por ciento fueron detectados en 7 días o menos (mediana de 4 días).
-El 55 por ciento se notificaron dentro del primer día, señalando un área de mejora en los canales de comunicación.
-El 91 por ciento activaron la respuesta dentro de los 7 días (mediana de 1 día), lo que refleja una sólida capacidad operativa.
Sin embargo, solo el
32,8 por ciento de los brotes cumplieron simultáneamente con los tres indicadores del modelo, lo que resalta la necesidad de avanzar hacia una
respuesta integral y coordinada.
Buenas prácticas y próximos pasos
Uno de los ejemplos más exitosos se encuentra en la
vigilancia de sarampión y rubéola, donde los tiempos de actuación son inferiores a 48 horas y los indicadores del enfoque se cumplen de forma sistemática, gracias a protocolos bien estructurados y equipos territoriales capacitados.
Con el cierre del taller, se prevé la
construcción de una hoja de ruta para institucionalizar el enfoque 7–1–7 en todos los niveles del sistema nacional de vigilancia, como parte de las acciones estratégicas para fortalecer la seguridad sanitaria en el país.