Edición Médica

Julián Fernández, subsecretario de Salud Pública.

Redacción. Bogotá
La Secretaría Distrital de Salud ha intensificado sus acciones para prevenir el uso de sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) y similares (SSSN), dispositivos que representan una creciente amenaza para la salud pública, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Según el III Estudio Distrital de Consumo de Sustancias Psicoactivas (2022), más de 139.000 personas en la ciudad usan vapeadores, y el 7,76 por ciento de los encuestados reportó haberlos consumido en el último año.
 
Este fenómeno se agrava al considerar que el 14,18 por ciento de las alertas escolares en 2023 fueron por uso de vapeadores, posicionándolos como la tercera sustancia más reportada tras la marihuana y el alcohol. Además, entre 2024 y lo corrido de 2025, el Subsistema de Vigilancia Epidemiológica de Lesiones de Causa Externa (SIVELCE) ha registrado cinco casos de accidentes de consumo con vapeadores, dos de ellos en menores de edad.
 
Estos dispositivos contienen nicotina, metales pesados y saborizantes químicos, los cuales pueden causar bronquiolitis obliterante, enfermedades respiratorias crónicas e incluso cáncer, según ha precisado la Secretaría. “Los jóvenes son los más vulnerables porque la industria del vapeo les ofrece productos atractivos, disfrazando el daño real”, ha advertido el subsecretario de Salud Pública, Julián Fernández.
 
En el marco del Mes por la prevención del consumo de tabaco, la ciudad realizará diversas jornadas académicas y de sensibilización, incluyendo el evento “Desvapea tu mente” el 26 de mayo y actividades en universidades y Chapinero el 31. Además, se priorizarán las localidades de Kennedy, Rafael Uribe, Chapinero y Ciudad Bolívar, que han mostrado mayores prevalencias de exposición infantil al tabaco.
 
La Secretaría también ha recordado que los programas de cesación del tabaco están disponibles para toda la población afiliada al sistema de salud. Aunque la Ley 2354 de 2024 regula la venta de estos productos, el llamado institucional es claro: se necesita una vigilancia activa y educación crítica frente al marketing engañoso de la industria.
 

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