OMS advierte que las desigualdades sociales reducen hasta en 33 años la esperanza de vida saludable
Un nuevo informe mundial reaviva el llamado a actuar sobre los factores sociales que afectan la Salud en la región
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Redacción. Bogotá
Un nuevo informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha encendido las alarmas por las
condiciones sociales, económicas y ambientales en las que nacen, viven y trabajan las personas, ya que, tienen un
impacto más profundo en su Salud que el acceso al sistema de Salud o la predisposición genética. En palabras del director general de la entidad,
Tedros Adhanom Ghebreyesus: “Nuestro mundo es desigual (…) pero es posible cambiar para mejor”.
El
Informe mundial sobre los determinantes sociales de la equidad en Salud, el primero desde 2008, ha revelado que los determinantes sociales pueden llegar a
reducir la esperanza de vida saludable hasta en 33 años entre un país y otro. Además, establece que las personas más pobres, con menor educación y mayor exposición a discriminación estructural o marginación, como los pueblos indígenas, enfrentan peores indicadores de salud, incluso en países de altos ingresos.
En
Colombia, las desigualdades en salud se reflejan en el
acceso diferenciado a servicios según el territorio. Departamentos como La Guajira, Chocó, Amazonas y Vaupés registran indicadores críticos en Salud materno-infantil, nutrición y enfermedades infecciosas. La OMS ha instado a fortalecer las inversiones en determinantes sociales clave, como el saneamiento básico, la educación pública de calidad y la seguridad alimentaria.
Asimismo, la cobertura de protección social sigue siendo limitada. Aunque el país ha avanzado en esquemas como el Régimen Subsidiado, aún hay
poblaciones sin afiliación activa o con barreras estructurales para el acceso oportuno. La falta de infraestructura sanitaria adecuada en zonas rurales y dispersas sigue siendo un desafío.
Impacto global y regional
La OMS estima que los niños nacidos en países de ingresos bajos tienen
13 veces más probabilidades de morir antes de los 5 años que los nacidos en naciones ricas. En total, 1,8 millones de muertes infantiles podrían evitarse anualmente si se cerraran estas brechas.
Aunque la
mortalidad materna global se ha reducido en un 40 por ciento desde el año 2000, los países de ingresos bajos y medios siguen concentrando el 94 por ciento de estas muertes. La situación es particularmente crítica entre mujeres pertenecientes a poblaciones vulnerables, incluyendo
mujeres indígenas, que en algunos contextos tienen hasta tres veces más riesgo de fallecer durante el parto.
Llamado a la acción
Frente a este panorama, la OMS ha exhortado a los países a adoptar una agenda multisectorial que incluya:
-Inversión en infraestructura social, protección social y servicios públicos universales.
-Abordaje de las causas estructurales de discriminación y desigualdad económica.
-Políticas públicas adaptadas al cambio climático y la transformación digital con enfoque en salud.
-Fortalecimiento de plataformas de gobernanza intersectorial que permitan asignar recursos donde más se necesitan.
Finalmente, la OMS invita a
repensar la acción en salud más allá del sistema sanitario, promoviendo la participación activa de gobiernos, academia, sociedad civil y comunidades, con el objetivo de “romper el ciclo de desigualdad y mejorar las condiciones de vida y salud para todas las personas, sin excepción”.
El dato
El informe también alerta sobre los
efectos agravantes del cambio climático: entre 68 y 135 millones de personas podrían caer en pobreza extrema en los próximos cinco años, lo que conllevaría un deterioro en sus condiciones de salud.