REFORZAR FUNCIONES
OPS propone hoja de ruta para fortalecer la gobernanza y resiliencia de los sistemas de Salud en las Américas
Un nuevo informe regional ha resaltado que, solo el 60 por ciento de los estándares se cumple en promedio en la región
OPS lleva a cabo vigilancia ambiental del virus de la polio en Guatemala.
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Redacción. Bogotá
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha presentado el informe “Implementación de las funciones esenciales de salud pública en las Américas: Evaluación y fortalecimiento de capacidades”, el cual evidencia la necesidad urgente de
reforzar las capacidades institucionales en Salud pública para garantizar el acceso universal y responder a los desafíos sanitarios actuales y futuros.
El informe, fruto de evaluaciones realizadas entre enero de 2021 y diciembre de 2023 en 14 países, incluyendo Colombia, Brasil, Costa Rica, Perú y otros, ha subrayado la importancia de las
Funciones Esenciales de Salud Pública (FESP). Estas funciones, que abarcan áreas clave como la vigilancia, el desarrollo de políticas y planes de salud, y el acceso equitativo a la atención, constituyen el pilar estratégico para fortalecer la gobernanza sanitaria y reducir las desigualdades.
“El fortalecimiento de las FESP permite a los países mejorar significativamente la respuesta de sus sistemas de salud a las necesidades poblacionales, logrando
resultados más equitativos y efectivos”, ha afirmado
Jarbas Barbosa, director de la OPS. “No solo optimizamos la capacidad de respuesta ante emergencias, sino que también sentamos las bases para enfrentar retos de salud a largo plazo”, ha agregado.
Progresos desiguales y desafíos persistentes
El análisis de la OPS ha revelado que, si bien diez de los 14 países evaluados han utilizado las FESP para identificar prioridades y desarrollar planes estratégicos, la implementación global aún es moderada, con niveles de cumplimiento que oscilan entre el
40 y el 59 por ciento de los estándares establecidos.
En particular, la región muestra diferencias notables: los países del Caribe presentan capacidades más limitadas en comparación con los de América Latina, y en promedio, el
cumplimiento regional se sitúa
por debajo del 60 por ciento. Entre los retos identificados se encuentran la fragmentación de los sistemas de salud, la escasez de recursos financieros y humanos, y la falta de sistemas integrados de información.
La experiencia vivida durante la
pandemia de COVID-19 puso de manifiesto el valor de las FESP; aquellos países con mayores avances demostraron una mejor preparación y respuesta, lo que resalta la urgencia de integrar estas funciones en un modelo atención de primaria robusta.
Recomendaciones clave para la acción
Ante esta situación, la OPS ha instado a los Estados Miembros y socios a priorizar medidas estratégicas, entre las que destacan:
-Inversión sostenida: Incrementar el financiamiento para el desarrollo de recursos humanos y tecnológicos en salud.
-Sistemas de datos robustos: Establecer plataformas integradas para la recolección, análisis y uso de datos de salud.
-Cooperación intersectorial: Fortalecer la coordinación entre sectores públicos, privados y la sociedad civil.
-Gobernanza sanitaria: Mejorar el liderazgo y la rectoría en salud pública para garantizar políticas inclusivas y efectivas.
Además, en septiembre de 2024 se aprobó en la región la
Estrategia para Fortalecer las Funciones Esenciales de Salud Pública 2024-2034, un marco que combina las FESP con la atención primaria para transformar los sistemas sanitarios, apoyando la elaboración de políticas nacionales y capacitar a equipos locales.
Como parte de este esfuerzo, la OPS está creando una
red regional sobre gobernanza y FESP, cuyo objetivo es facilitar el intercambio de experiencias, promover prácticas innovadoras y trabajar conjuntamente para superar desafíos comunes.