INVESTIGACIÓN DE LA UNAL
Alerta por mala prescripción médica en adultos mayores: estudio expone el riesgo de excluir al farmacéutico clínico
Una investigación ha evidenciado el impacto del acompañamiento farmacéutico en la prescripción segura
El estudio también plantea la necesidad de incorporar al farmacéutico clínico en la atención hospitalaria.
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Redacción. Bogotá
Un estudio realizado en un hospital de cuarto nivel en Colombia ha evidenciado que la intervención clínica de farmacéuticos en pacientes adultos mayores hospitalizados
reduce significativamente los errores de medicación y mejora la pertinencia de los tratamientos. La investigación, liderada por
Juan Esteban Cepeda Santamaría, magíster en Farmacología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), ha analizado a 280 personas mayores de 70 años hospitalizadas por patologías crónicas como hipertensión, diabetes, insuficiencia cardíaca e infecciones respiratorias.
El denominador común de esta población: todos eran
pacientes polimedicados, con esquemas entre 5 y 20 fármacos al ingreso hospitalario. Esta condición, frecuente pero subestimada,
conlleva un riesgo clínico elevado si no se acompaña de una vigilancia especializada.
Acompañamiento farmacéutico: más que revisión de fórmulas
La intervención incluyó conciliación de medicamentos al ingreso, seguimiento diario de prescripciones, formulación del plan de egreso y orientación personalizada a pacientes y cuidadores. El proceso permitió identificar
426 problemas relacionados con medicamentos, incluyendo duplicidad terapéutica, prescripciones erróneas y omisión de tratamientos necesarios.
Errores frecuentes se han detectado en fármacos cardiovasculares (losartán, metoprolol), antibióticos (piperacilina/tazobactam) y psicotrópicos (quetiapina, sertralina, risperidona). También se evidenciaron
fallos en el uso de anticolinérgicos en pacientes con insuficiencia renal, omisión de anticoagulantes en patologías cardiovasculares y la falta de adecuación de la forma farmacéutica para pacientes con disfagia.
“Un adulto mayor con deterioro cognitivo puede recibir un antipsicótico de alto riesgo sin monitoreo adecuado, o un paciente con
falla renal puede recibir una dosis sin ajuste. Estas situaciones se pueden prevenir si hay un farmacéutico clínico en el equipo”, ha afirmado Cepeda.
La investigación ha identificado que el
67,3 por ciento de las recomendaciones del farmacéutico fueron
aceptadas por los médicos tratantes, y que el Índice de Adecuación de los Medicamentos (MAI) se redujo en un 26,4 por ciento en el grupo intervenido, evidenciando tratamientos más seguros y adaptados al contexto clínico del paciente.
El estudio también revela una brecha crítica en el sistema de salud colombiano: la
ausencia del farmacéutico clínico como parte estructural del equipo asistencial. Esta exclusión no solo compromete la seguridad del paciente, sino que impacta negativamente en los costos del sistema, en un contexto donde la escasez de medicamentos es creciente y preocupante.
“El farmacéutico no es un actor secundario. Su rol clínico es esencial para interpretar la complejidad terapéutica del envejecimiento, optimizar recursos, y traducir un tratamiento en instrucciones comprensibles para la vida diaria de una familia”, ha subrayado el investigador.
Con una población colombiana que envejece aceleradamente, y una
proyección global de que en 2050 más del 22 por ciento de la población mundial será mayor de 60 años, según ha resaltado la OMS, los hallazgos del estudio cobran particular urgencia.
De ese modo, el equipo investigador, dirigido por el profesor
Jorge Augusto Díaz Rojas (Departamento de Farmacia – UNAL), plantea que
incorporar al farmacéutico clínico en la atención hospitalaria no es un lujo, sino una necesidad estructural, especialmente en la gestión de terapias complejas, en tiempos de desabastecimiento y ante un sistema que debe prepararse para responder al reto del envejecimiento.