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Avances
REDUCIR HOSPITALIZACIÓN
Demora en la aplicación de segundas dosis de vacunas contra la COVID-19 podría tener un efecto favorable
Una reciente investigación ha evidenciado que una espera más prolongada en la aplicación de las dosis puede optimizar el manejo de casos
Jueves, 22 de abril de 2021, a las 15:56

Seyed Moghadas, profesor de Matemática Aplicada y Epidemiológica Computacional.


Redacción. Bogotá
La tercera ola de COVID-19 en América Latina ha mantenido un impacto negativo en los sistemas de salud de la región, debido al aumento en el número de hospitalizaciones, contagios y de fallecimientos, así como limitaciones en el suministro y distribución de las vacunas.
 
En ese sentido, una reciente investigación  ha evidenciado que, aplazar la aplicación de segundas dosis de vacunas contra la COVID-19, podría llegar a tener un efecto favorable, al considerarse como un insumo de gran importancia para optimizar el manejo de casos.
 
Cabe resaltar que, la mayoría de vacunas contra COVID-19 han requerido dos dosis para obtener una inmunidad total al Sars-CoV-2, de igual forma, en algunos casos, el tiempo límite de aplicación varía entre tres o cuatro semanas. No obstante, al momento, no se tiene información precisa sobre cuál es la mejor manera de minimizar las nuevas infecciones y las hospitalizaciones.
 
La aparición de nuevas variantes más contagiosas también ha provocado un debate en el ámbito de la salud pública, sobre la efectividad de vacunar a más personas con la primera dosis de las vacunas disponibles y retrasar la segunda dosis, o de priorizar la finalización de la serie de dos dosis basándose en los calendarios probados en los ensayos clínicos.
 
De acuerdo con la investigación efectuada por especialistas de la Universidad de York en Toronto, Canadá, retrasar la segunda dosis entre 9 y 15 semanas después de la primera, ha evitado más hospitalizaciones, infecciones y muertes; en comparación con el seguimiento de los calendarios recomendados para las vacunas Moderna y Pfizer-BioNTech.
 
Según ha indicado el estudio, un modelo matemático fue utilizado para simular, tanto la transmisión de COVID-19, como varios calendarios de vacunación de segunda dosis retrasada. Incluso simuló varios escenarios como; un rango de niveles de inmunidad preexistente en la población y una disminución de la eficacia de la vacuna de la primera dosis cuando es seguida por un intervalo más largo entre las dosis. Todo esto con el objetivo de comparar el impacto epidemiológico de cada estrategia de vacunación.
 
Sobre el desarrollo de la investigación
 
Los expertos han explicado que se tomó en cuenta la historia natural de la enfermedad, las clases de individuos que incluyen susceptibles; vacunados; infectados latentes (aún no infecciosos); asintomáticos (e infecciosos); presintomáticos (e infecciosos); sintomáticos con enfermedad leve o grave; recuperados; y muertos, así como los grupos etarios agrupados según el censo oficial de Estados Unidos.
 
Adicional a ello, los expertos han señalado que, se estableció un rango del 10 por ciento al 30 por ciento de inmunidad preexistente en la población, con un 20 por ciento para el escenario del caso base.
 
Para cuantificar el modelo con un nivel determinado de inmunidad preexistente, los expertos han realizado simulaciones en ausencia de vacunación y obtuvieron las tasas de infección en los distintos grupos de edad una vez que la tasa global de ataques alcanzaba el nivel preestablecido.

Evaluación de la inmunidad preexistente. Fuente: PLOS BIOLOGY.

 
Asimismo, los autores han señalado que el estudio tiene varias limitaciones, entre ellas la falta de pruebas clínicas que cuantifiquen la durabilidad de las vacunas cuando se administran con diferentes calendarios.
 
Por lo cual, los investigadores han asumido que los niveles de protección de la primera dosis eran estables si se retrasaban las segundas dosis, y que el nivel de protección tras retrasar las segundas dosis era idéntico a la protección general, tras dos dosis cuando se vacunaba según el calendario.
 
Sin embargo, se necesitarán más estudios para determinar el tiempo óptimo entre dosis para cada tipo de vacuna. Otra de las limitaciones de esta investigación es que no se contempló toda la variedad de vacunas existentes y aplicadas contra COVID-19.
 
“Todavía no tenemos el panorama completo de la eficacia de las vacunas a medida que se propagan nuevas y más contagiosas variantes. La eficacia de las vacunas contra estas variantes es un factor adicional que habría que tener en cuenta a la hora de determinar los resultados de la segunda dosis a tiempo o retrasada y el intervalo entre las dosis”, ha enfatizado Seyed Moghadas, profesor de Matemática Aplicada y Epidemiología Computacional y autor principal del estudio.
 


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