Edición Médica

Muestreador Hirst recolectó por más de 3 años muestras de polen del Valle de Aburrá. Foto: UdeA.

Redacción. Bogotá
Un estudio liderado por la Universidad de Antioquia ha revelado que el aire del Valle de Aburrá contiene una alta y constante concentración de polen durante todo el año, fenómeno que podría estar afectando la Salud respiratoria de miles de personas, especialmente aquellas con alergias. La investigación, desarrollada durante más de cinco años, advierte sobre la necesidad de incluir este tipo de contaminación biológica en las políticas de salud pública y calidad del aire en Colombia.
   
El estudio fue liderado por el biólogo Alex Espinosa Correa como parte de su tesis doctoral, con el acompañamiento del profesor Fernando Alzate Guarín, del Instituto de Biología y coordinador del grupo Geobota. También contó con la participación de especialistas en alergología del Hospital Alma Máter y de la Facultad de Medicina de la UdeA, así como del Grupo de Alergología Clínica y Experimental (GACE).
 
Durante el periodo de muestreo (junio de 2019 a septiembre de 2022), los investigadores recolectaron datos usando un muestreador tipo Hirst instalado en la terraza de la Sede de Investigación Universitaria, cubriendo una zona de 25 a 30 km alrededor de Medellín. Se identificaron 26 tipos distintos de polen, siendo el más abundante el de la familia Cecropia.
 
El hallazgo más importante fue que la concentración de polen en Medellín alcanza hasta 51.536 granos por día y por metro cúbico, cifras comparables a las de regiones templadas con estaciones definidas, pero con la particularidad de que en Medellín este fenómeno no es estacional sino permanente. Según estimaciones, cada habitante del Valle de Aburrá podría inhalar alrededor de 63 granos de polen por hora.
 
Un problema aún invisible en la salud pública
 
En una entrevista recopilada por la Dirección de comunicaciones de la UdeA, el profesor Alzate afirmó que “respirar es morir un poco”, destacando que, a pesar de la magnitud del problema, el polen aún no se considera un factor determinante en las decisiones sobre calidad del aire o emergencias sanitarias. “En Medellín el polen no está identificado como problema constante de salud pública, a pesar de que muchos pacientes deben ser incapacitados por síntomas alérgicos”, ha añadido Espinosa Correa.
 
Las especies más sensibilizantes identificadas fueron Cecropia peltata (yarumo), Artocarpus altilis (árbol del pan) y Fraxinus uhdei (urapán). Estas plantas, algunas nativas y otras introducidas, están asociadas a síntomas clínicos como rinitis alérgica y asma.
 
Retos para el diagnóstico y la autonomía científica
 
Actualmente, las pruebas de alergia en Colombia se realizan con estuches de polen importados de Europa o Norteamérica, lo que puede generar falsos negativos. “Necesitamos desarrollar extractos locales para diagnósticos más precisos y tratamientos efectivos. Esta investigación es el primer paso para alcanzar una independencia científica en alergología”, ha explicado Alzate.
 
Para los médicos y especialistas, este estudio marca un antes y un después. “Los resultados cambian nuestra concepción: no es solo el tipo de polen, sino también cómo la población ha desarrollado tolerancia por la exposición constante”, ha esclarecido el alergólogo Jorge Sánchez.
 
La investigación plantea un nuevo enfoque para la atención de enfermedades respiratorias en el trópico, donde las alergias por polen podrían comportarse de manera perenne y no estacional, como sucede en otras latitudes.
 
El estudio liderado por la UdeA representa un avance significativo en el entendimiento del impacto del polen en la salud respiratoria en Colombia. Sus hallazgos instan a las autoridades sanitarias a integrar esta variable en los planes de control de calidad del aire y de atención en salud, al tiempo que plantean la necesidad de desarrollar pruebas diagnósticas adaptadas al contexto local.

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