Edición Médica

Javier Castro, cardiólogo pediatra de la FCV.

Redacción. Bogotá
La Fundación Colombiana Cardiovascular (FCV) ha dado a conocer el caso de Karol Mariana Acosta, quien, en los últimos tres años, cada vez que salía de casa transportaba las baterías y el controlador de su corazón artificial, un dispositivo que según ha enfatizado la fundación, ha mejorado su calidad de vida y la mantuvo estable para que fuera candidata a un trasplante cardíaco.
 
De acuerdo con la FCV, Karol ha tenido que enfrentar varios retos en sus 14 años de vida. En 2014 fue diagnosticada con cáncer de hígado y pasó por un fuerte tratamiento en su natal Bogotá. Aunque pudo superarlo, la quimioterapia tuvo efectos secundarios que terminaron por afectar al corazón y su capacidad de bombear sangre oxigenada hacia todo el organismo.
 
Con medicación, los profesionales de la Salud han logrado manejar inicialmente este problema, que la dejaba exhausta al realizar actividades tan sencillas como levantarse de la cama o comer. Sin embargo, el tratamiento no fue suficiente.
 
De ese modo, la joven de 10 años fue remitida a la FCV para implantar por primera vez en Colombia un corazón artificial en una paciente tan joven. “El trasplante no era una opción que podíamos ofrecer para ella en ese momento. El tratamiento que protege al nuevo corazón podía generar el riesgo de la reaparición del cáncer y siempre hay que tener un tiempo de seguridad”, ha explicado Javier Castro, cardiólogo pediatra de la FCV.
 
La Fundación ha indicado que, el dispositivo que se le implantó en 2019 fue un Heartware, una turbina de titanio más pequeña que un puño, que se inserta en el ventrículo izquierdo del corazón para impulsar desde allí la sangre oxigenada.
 
El equipo ha contado con una fuente de poder que sale por la piel del vientre y está conectada a una pequeña computadora, que es el cerebro del dispositivo. Este controlador y las dos baterías que le permiten funcionar era lo que ella cargaba en ese bolso, que terminó siendo como una parte más de su cuerpo.
 
En octubre del año pasado, la menor llegó a la FCV para prepararse y practicar todos los exámenes que confirmarían su buen estado para recibir el trasplante. En septiembre de 2022 finalmente consiguió un corazón compatible, como consecuencia de la decisión de la familia al aceptar la donación de órganos.
 
La FCV ha asegurado que, tras la cirugía, la recuperación de la menor ha sido exitosa, por lo que continuará en controles permanentes para monitorear su evolución y adherencia al tratamiento con el que se busca seguir impactando positivamente en su calidad de vida. 
 
Sobre la donación de órganos, una decisión que salva vidas
 
La FCV ha señalado que realizó 601 trasplantes de órganos sólidos. De ellos, 213 han sido de corazón. Sin embargo, cuando un paciente no está en condiciones de recibir un trasplante o no hay disponibilidad de órganos, en la institución santandereana se contempla el implante de corazón artificial.
 
“Este dispositivo estabiliza la circulación y en algunos casos funciona como ‘puente’ para realizar un trasplante en el futuro, como ocurrió con Karol”, ha indicado Leonardo Salazar Rojas, director del programa de ECMO y Corazón Artificial de la FCV.
 
De los 27 pacientes que se han abordado con la tecnología de corazón artificial en la FCV, cinco de ellos terminaron en un trasplante. De ese modo, Karol se ha convertido en la primera menor en pasar por estos dos tratamientos en Colombia.
 
“La tecnología avanza, el personal médico se continúa formando, pero siempre será necesaria la solidaridad de la gente a través de la donación, un acto de bondad que permite salvar muchas vidas”, ha concluido Javier Castro, cardiólogo pediatra de la FCV.

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