Edición Médica

Efraín Cepeda, senador y Viviana Uribe, miembro de la SCARE.

Redacción. Bogotá
El Congreso de la República ha recibido el Proyecto de Ley 346 de 2025 S, una iniciativa de alto impacto sanitario que busca transformar de manera estructural la prevención, el manejo y el tratamiento de las condiciones relacionadas con la sangre en Colombia. El proyecto fue radicado por el senador Efraín Cepeda y otros congresistas, con respaldo científico de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE), y propone la creación de una Política Nacional de Salud Sanguínea y Gestión de la Sangre del Paciente (GSP/PBM, por sus siglas en inglés).
 
La propuesta se alinea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con modelos ya implementados en múltiples países, donde la Gestión de la Sangre del Paciente ha demostrado mejorar los desenlaces clínicos, reducir complicaciones y optimizar el uso de recursos en los sistemas de salud.
 
Desde la SCARE se advierte que más del 30 por ciento de la población colombiana presenta anemia, principalmente por deficiencia de hierro, una condición que incrementa de manera significativa el riesgo de complicaciones en cirugías, partos y atención en unidades de cuidado crítico. Pese a ello, las transfusiones sanguíneas continúan utilizándose con frecuencia como primera alternativa terapéutica, a pesar de los riesgos conocidos: reacciones adversas, infecciones, errores transfusionales y eventos graves potencialmente prevenibles.
 
A este panorama se suma la fragmentación del sistema, caracterizada por la ausencia de protocolos clínicos estandarizados, un sistema de hemovigilancia con brechas importantes y la falta de una estrategia nacional orientada a prevenir alteraciones sanguíneas severas antes de procedimientos como cirugías, tratamientos oncológicos o eventos obstétricos.
 
Gestión de la Sangre del Paciente y un cambio de paradigma
 
El proyecto de ley parte del consenso científico de que la propia sangre del paciente debe considerarse el principal objetivo terapéutico, cuya integridad debe protegerse y optimizarse para promover la salud y prevenir la enfermedad. En este sentido, la Gestión de la Sangre del Paciente propone un abordaje integral que prioriza la prevención y el tratamiento temprano de la anemia y otros déficits carenciales, reduce la necesidad de transfusiones y disminuye la exposición a riesgos asociados a su uso inapropiado.
 
Entre los componentes centrales de la iniciativa se incluyen rutas clínicas unificadas, fortalecimiento de la trazabilidad y la seguridad transfusional, capacitación continua del talento humano en salud y vigilancia estandarizada del cumplimiento de los nuevos estándares en todo el territorio nacional.
 
De ser aprobada, la ley permitiría mejorar de forma temprana los resultados clínicos en cirugías, partos y tratamientos complejos, reducir estancias hospitalarias y promover un uso más racional de los recursos, con ahorros sostenibles para el sistema de salud. Además, establece estándares mínimos obligatorios para todas las instituciones hospitalarias del país, fortaleciendo la equidad en el acceso y la calidad de la atención.
 
La iniciativa también contempla mecanismos de gobernanza y transparencia, como la creación del Consejo Nacional de Gestión de la Sangre del Paciente y el Observatorio Nacional de Salud Sanguínea, orientados a la toma de decisiones basadas en evidencia y al seguimiento permanente de los resultados.
 
Uno de los énfasis del proyecto es la reducción de la mortalidad materna, en un contexto donde la hemorragia obstétrica sigue siendo una de las principales causas de muerte prevenible. La implementación estructurada de la GSP permitiría mejorar la detección y el manejo oportuno de la anemia gestacional, optimizar la coagulación y reducir la exposición innecesaria a transfusiones, con beneficios directos para madres, recién nacidos y pacientes críticos.
 
Para los impulsores de la iniciativa, este proyecto trasciende una reforma técnica y representa una oportunidad para consolidar un modelo de atención centrado en el paciente, basado en evidencia, costo-efectivo y éticamente responsable. “No queremos que la sangre sea solo un recurso, sino un derecho gestionado con la mayor calidad para evitar riesgos innecesarios”, ha señalado el senador Efraín Cepeda, al destacar que la propuesta busca proteger especialmente a niños, gestantes y pacientes sometidos a cirugías o traumas.
 
La discusión legislativa que se abre con la radicación del Proyecto de Ley 346 de 2025 S será clave para definir si Colombia avanza hacia un modelo moderno de Salud sanguínea, en el que la sangre del propio paciente sea reconocida como un órgano vital y protegida con el mismo rigor que otros componentes esenciales de la vida.
 
Por último, Viviana Uribe, médico anestesióloga y miembro de la SCARE ha resaltado que “este proyecto se recordará como la primera puerta hacia una nueva forma de hacer cuidado en Salud, más humana, sistemática y sostenible. Hoy dimos el primer paso para que Colombia sea pionera para adoptar la gestión de sangre del paciente como política nacional.
 

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