ALERTA EPIDEMIOLÓGICA
Con más de 12 mil casos confirmados en 2025, OPS alerta sobre expansión de la fiebre de Oropouche en las Américas
Entre el 1 de enero y el 27 de julio de 2025, se han confirmado 12.786 casos en 11 países de las Américas
La fiebre de Oropouche se presenta con fiebre alta, cefalea intensa, mialgias y artralgias.
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Redacción. Bogotá
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una
nueva alerta epidemiológica por la creciente propagación de la fiebre de Oropouche, enfermedad viral transmitida principalmente por el jején
Culicoides paraensis, que ha mostrado una reemergencia sostenida en la región desde finales de 2023.
Entre el 1 de enero y el 27 de julio de 2025, se han confirmado
12.786 casos en 11 países de las Américas, con transmisión autóctona en Brasil, Panamá, Perú, Cuba, Colombia, Venezuela y Guyana, y casos importados en Uruguay, Chile, Canadá y Estados Unidos.
Brasil concentra el 93% de los casos (11.888), seguido de Panamá (501) y Perú (330).
Colombia ha notificado 26 casos confirmados, todos bajo seguimiento epidemiológico. El país con mayor carga, Brasil, reporta circulación en 20 estados, principalmente Espírito Santo (6.322) y Río de Janeiro (2.497), además de cinco defunciones y eventos de complicaciones neurológicas y muertes fetales bajo investigación.
La fiebre de Oropouche se presenta con fiebre alta, cefalea intensa, mialgias y artralgias. Aunque la recuperación suele ocurrir en dos a tres semanas, hasta un 60 por ciento de los pacientes puede presentar recaídas. En casos poco frecuentes, la enfermedad puede derivar en meningitis o encefalitis; en mujeres embarazadas se han reportado
posibles afectaciones fetales.
Factores de expansión
La OPS ha advertido que el
cambio climático, la deforestación y la urbanización en zonas selváticas han favorecido la proliferación del vector, facilitando la llegada del virus a áreas no endémicas, como regiones urbanas de Cuba.
El organismo insta a los países a:
-Fortalecer la vigilancia epidemiológica para detectar introducciones en nuevas áreas y monitorear la dispersión.
-Controlar el vector eliminando criaderos y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles.
-Proteger a la población mediante mosquiteros, ropa protectora y repelentes, con énfasis en embarazadas y trabajadores rurales.
-Optimizar el manejo clínico, diferenciando oportunamente con dengue, manteniendo hidratación y control de síntomas, y vigilando complicaciones.
La OPS ha reiterado que
no existe vacuna ni tratamiento antiviral específico y enfatiza la necesidad de colaboración nacional y regional para contener la expansión, especialmente en un contexto de circulación simultánea de otros arbovirus como el dengue.