Edición Médica

Carlos Andrés Portilla Figueroa, médico pediatra.

Karen Juliete Rojas Gaitán. Bogotá
El cáncer es una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes en todo el mundo. Cada año, más de 400.000 niños son diagnosticados con cáncer en todo el mundo. Se estima que el cáncer fue la causa de muerte de 8.544 niños menores de 15 años en 2020; de ellos, 7.076 en América Latina y el Caribe Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud).

En Colombia de acuerdo a la Cuenta de Alto Costo se diagnostican alrededor de 6.000 nuevos casos en menores de 18 años. Siendo la Leucemia Linfoide Aguda el tipo más frecuente de cáncer con 2000 casos diagnosticados. Anualmente se estima que en Colombia se presentan de 700 a 800 nuevos casos de cánceres pediátricos.

A propósito de la celebración del Día Internacional del Cáncer Infantil, ha hablado en entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Carlos Andrés Portilla Figueroa, líder médico de la Unidad de Hematología y Oncología Pediátrica de la Clínica Imbanaco en Cali, donde desempeña su labor en la Unidad de Trasplante de Médula Ósea, ha dicho que “en Colombia hay una ley que reglamenta el manejo del cáncer en niños, estos pacientes deben recibir una atención integral,  que va más allá de la atención médica e incluye atención psicológica, por trabajo social, soporte y acompañamiento además de la intervención de  otros equipos”.

También ha comentado que “ la noticia de un nuevo diagnóstico de cáncer en niños, se da de forma paulatina, con un lenguaje claro y sencillo, información que se entrega en concertación con los padres; siembre bajo unos principios de objetividad y verdad”, también afirma que “es necesario informar a los niños sobre su situación, en ocasiones ellos logran entender y asumir la situación, mejor que los adultos”.

Igualmente ha manifestado que "cuando comparamos la situación de los niños  con la de los adultos se identifican varias diferencias, en el caso de los adultos,  la mayoría se puede prevenir, ya que existen  factores desencadenantes que puede estar en el medio ambiente; agentes que al suprimirse disminuye la posibilidad de lesiones tumorales, son claros ejemplos:  el cigarrillo en el cáncer de pulmón, el virus de papiloma humano en el cáncer de cuello uterino. Es importante señalar que solo el 1-2 por ciento de los casos de cáncer en el mundo corresponden a niños, los cuales se relacionan con alteraciones genéticas y no tienen factores que fácilmente se puedan suprimir en estrategias de prevención".

El cáncer infantil a diferencia del cáncer en los adultos no tiene unos factores de riesgos tan conocidos. Pero se sabe cómo lo afirma Alejandra Calderón Gasca, hemato oncóloga pediatra del Instituto Nacional de Cancerología, que los niños con algún tipo de síndrome genético pueden estar más predispuestos a desarrollar algún tipo de cáncer como son las leucemias.

“Son varios los síntomas que se deben tener en cuenta en caso de presencias tumorales y cancerígenas en niños como la fiebre persistente, aparición de moretones, la aparición de masas, el crecimiento de ganglios, dolor de cabeza con signos de alarma, con convulsiones, o dificultades neurológicas como pérdida del equilibrio, alteraciones en la visión. Crecimiento del hígado y del vaso”, ha explicado el especialista.

Es importante que ante cualquier síntoma o signo como: fiebre persistente, dolores óseos, sangrados, manchas en la piel o ganglios inflamados en el cuello se debe consultar. Muchas veces esta sintomatología, aunque puede corresponder a otras enfermedades de la población pediátrica como infecciones virales, puede también ser una alerta para diagnosticar a tiempo un cáncer infantil.  Y destaca que “al presentar alguno de esos síntomas se debe que consultar al especialista para un diagnóstico temprano y oportuno, da más curación”.

Un diagnóstico a tiempo permite iniciar un adecuado tratamiento que comprende los pilares fundamentales: quimioterapia, cirugía, radioterapia, adicionalmente terapias dirigidas. Dependiendo del tipo de cáncer por supuesto también será la supervivencia. Pero se conoce que en países desarrollados esta supervivencia alcanza un 80 por ciento mientras que en países de ingresos bajos el porcentaje es del 60 por ciento.

Los más frecuentes son la leucemia, tumores de sistema central, linfomas, también están los tumores renales, neuroblastoma, entre otros. El diagnóstico se hace por medio de imágenes diagnósticas y con patologías, que es la revisión del tejido. Y se debe iniciar un tratamiento con la intensión de curar.

“Los pediatras oncólogos hacemos la estratificación de riesgo de la enfermedad para tomar decisiones que permitan iniciar un tratamiento lo menos toxico posible, con la mayor intensidad que nos permita  buscar curar al paciente. Lo que hacemos es tratar de encontrar el tratamiento que necesita el paciente para curarse,  e iniciarlo inmediatamente se confirma el diagnóstico".

El dato

“La relación médico paciente no suele ser compleja, porque se crea una relación muy cercana. Los niños con cáncer suelen madurar mucho más rápido y son muy sinceros en sus apreciaciones, incluso cuando las cosas no salen bien, entonces es muy empático y se logra tener muy cerca a la familia por más de cinco o cuatro años. Es una situación compleja, ya que deja ver a cualquiera le puede pasar y estamos comprometidos para salvar a más niños”, ha comentado..

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