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NUEVAS TERAPIAS
Con el proyecto 'tijeras moleculares' científicas ganan el Premio Nobel de Química
Una promesa para curar enfermedades hereditarias, e incluso el cáncer, en un futuro
Miércoles, 07 de octubre de 2020, a las 12:18

Emmanuelle  Charpentier  y Jennifer Doudna.


Redacción. Bogotá
La científica francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer A. Doudna han ganado el Premio Nobel de Química por desarrollar un método de edición del genoma más conocido como CRISPR/Cas9 o ‘tijeras moleculares’, que ofrece la promesa de curar enfermedades hereditarias, e incluso el cáncer, en un futuro.

La a Real Academia de las Ciencias de Suecia en un comunicado se ha referido sobre la concesión del premio. “Esta tecnología ha tenido un impacto revolucionario en las ciencias humanas, está contribuyendo a nuevas terapias contra el cáncer y puede hacer realidad el sueño de curar enfermedades hereditarias”.

Pernilla Wittung Stafshede, miembro de la Academia. ha conentado  que “La capacidad de cortar el ADN donde uno quiera ha revolucionado las ciencias de la vida”.

Charpentier y Doudna se convierten en la sexta y séptima mujer en ganar un Nobel de Química, uniéndose a mujeres como Marie Curie, que lo ganó en 1911, y más recientemente, Frances Arnold, en 2018.

“Yo estaba muy emocionada, tengo que decirlo”, ha mencionado Charpentier a reporteros por teléfono desde Berlín y al ser preguntada por el hecho de que esta fue la primera vez que dos mujeres ganan el Nobel de Química juntas, Charpentier dijo que, ante todo se considera una científica y espera que esto anime a otras.

Doudna ha comentado que su “mayor esperanza es que (la técnica) se utilice para el bien, para descubrir nuevos misterios en biología y para beneficiar a la humanidad”.

Cultivos innovadores

Según Claes Gustafsson, presidente del comité del Nobel de Química. “Hay un enorme poder en esta herramienta genética, que nos afecta a todos”, esto no solo ha revolucionado la ciencia básica, sino que también ha dado lugar a cultivos innovadores y dará lugar a nuevos tratamientos médicos revolucionarios”.

Igualmente Gustafsson ha señalado que  como resultado cualquier genoma puede editarse ahora “para reparar el daño genético”. Esta herramienta “brindará grandes oportunidades a la humanidad”, pero ha advertido del “enorme poder de esta tecnología” por lo que hay que usarla “con mucho cuidado”.

Cuestiones éticas

La técnica ya planteó serias cuestiones éticas en la comunidad científica cuando se conoció de la existencia de CRISPR en 2018, al ser usada por el científico chino He Jiankui, quien reveló que había ayudado a crear los primeros bebés editados genéticamente del mundo, para tratar de crear resistencia a un futuro contagio con el virus del sida.

Su trabajo fue como una experimentación humana poco segura por el riesgo de causar cambios no intencionados que pueden transmitirse a generaciones futuras, y actualmente está en prisión.

En septiembre, un comité internacional de expertos ha emitido un informe señalando que todavía es muy pronto para tratar de crear bebés modificados genéticamente porque la ciencia no ha avanzado lo suficiente para asegurar su seguridad, pero trazó una hoja de ruta para aquellos países que quieran considerarlo.

El dato

El Broad Institute de Harvard y el MIT han librado una larga batalla judicial por las patentes de la tecnología CRISPR, y muchos otros científicos realizaron importantes contribuciones, pero Doudna y Charpentier han sido premiadas de forma regular por convertirla en una herramienta de fácil uso.

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