Edición Médica

Edwin Herazo Acevedo, doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Karen Juliete Rojas. Bogotá
En una investigación realizada por Edwin Herazo Acevedo, doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), se han evidenciado vacíos conceptuales que estaban presentes desde esa primera hasta la actual política pública de Salud mental imperante, establecida en 2018.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Edwin Herazo Acevedo, doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), ha explicado que “en Colombia, la primera política pública en este campo apareció en 1998; antes de ese periodo el problema se trataba como algo relacionado con las bebidas alcohólicas o incluso con estar inmerso en lo que denominaban degeneración moral. El campo de la prostitución o la delincuencia, lo cual resulta bastante paradójico en un país tan golpeado por el conflicto armado, cuyas secuelas siguen dejando problemas psicológicos hasta hoy”.
 
Asimismo, Herazo ha indicado que “esa primera política puso sobre la mesa el hecho de que la guerra también tiene un impacto en la Salud mental de las personas, y planteó que se debía promover el Estado de bienestar, pero los intereses sociopolíticos y económicos no permitieron que este modelo se desarrollara plenamente, por lo que, una vez más, se quedó en el discurso y las prácticas en salud mental no se transformaron”.
 
“La falla está en que el problema se ha tratado desde el discurso y no desde la práctica, lo cual no sirve, porque se queda en el papel y no ve la realidad de la población en general que tiene síntomas asociados con este tipo de malestar social, que no se restringe a los pacientes que acuden a una cita, sino que puede estar presente en cualquier persona”, ha asegurado Herazo.
 
Herazo Acevedo ha revelado que “para poder entender lo que está pasando ahora era necesario conocer lo que se había hecho anteriormente y cómo se fue introduciendo la Salud mental en el sector salud del país”.
 
“La atención en Salud mental empezó con la atención de pacientes por sustancias psicoactivas y todo lo que era la generación moral, poco a poco se fue dejando, pero al final siempre va dirigido a los trastornos y muy poco a la Salud mental”, ha manifestado Herazo.
 
“Es que la salud mental implica esos aspectos positivos que tenemos los seres humanos para poder contribuir a la sociedad y llevar una vida satisfactoria y disfrutar la vida, generar bienestar para todos, esa perspectiva ha estado muy opacada, principalmente está centrada en los trastornos mentales, por eso me pregunté en la investigación porque las políticas públicas en ese tema no cumplieron su objetivo”, ha recalcado el experto de la UNAL.
 
“Una de las conclusiones es que la persistencia de la perspectiva biomédica que atiende de manera tradicional los trastornos y problemas de Salud mental hace que siempre se esté girando alrededor de la enfermedad y descuidamos la vida diaria, además no se les presta atención a aspectos como la recreación”, ha afirmado Herazo.
 
Por último, el experto ha enfatizado que “en las universidades y los sitios de trabajo también se debe buscar que cada individuo hable de lo que le pasa, pues ya de por sí los diagnósticos en salud mental forman parte de un consenso que termina siendo subjetivo y convierte la depresión en un tema psicopatológico, que la persona empieza a ver como una ‘anomalía’, lo cual dificulta atacar y disminuir el problema”.

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