Edición Médica

El organismo pide dar prioridad a la salud en los presupuestos nacionales.

Redacción. Bogotá
En un contexto marcado por el desfinanciamiento de la salud pública, el Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha hecho un llamado contundente a las iglesias y gobiernos del mundo, instándolos a tomar acciones concretas ante el debilitamiento de los sistemas de Salud, especialmente en comunidades vulnerables.
   
 
Durante su sesión celebrada del 18 al 24 de junio en Johannesburgo, Sudáfrica, el órgano rector del CMI ha subrayado que la respuesta a la actual crisis sanitaria global “es una tarea generacional”, y solicitó a las iglesias que fortalezcan su rol histórico como proveedoras de servicios médicos, psicológicos y sociales en zonas desatendidas, en coordinación con los actores del sistema de Salud.
 
La declaración apela directamente a los gobiernos a “dar prioridad a la salud en los presupuestos nacionales” y aumentar sus aportes a instituciones multilaterales como la OMS, el Fondo Mundial y ONUSIDA. Además, el CMI ha exhortado a financiar centros regionales para la producción de vacunas, diagnósticos y medicamentos esenciales, a fin de fortalecer la fabricación local y asegurar la resiliencia de las cadenas de suministro.
 
El llamado se produce en un momento crítico, ante la reducción global de fondos destinados a programas clave como VIH, malaria, tuberculosis, salud materno-infantil y atención a enfermedades crónicas, lo que compromete los logros alcanzados en salud pública en las últimas décadas.
 
Reconociendo la trayectoria histórica de las iglesias en atención primaria, el CMI ha instado a sus miembros a reafirmar su compromiso con la sanación comunitaria, generando entornos seguros que promuevan la dignidad, la Salud mental y el bienestar, con énfasis en los más vulnerables. La declaración sugiere, además, que las congregaciones participen en acciones de incidencia política, reuniones con autoridades y colaboraciones intersectoriales para fomentar políticas de salud sostenibles y justas.
 
Asimismo, el Comité ha alentado a las iglesias a desarrollar servicios de Salud más accesibles, impulsar programas de atención domiciliaria y fomentar la resiliencia frente a los efectos del cambio climático en la salud, incorporando nuevas tecnologías de forma ética y efectiva.
 
Un legado ecuménico en favor de la Salud global
 
El pronunciamiento recuerda el papel clave que ha desempeñado el CMI en la construcción del paradigma de la atención primaria desde la Declaración de Alma-Ata de 1978, y su colaboración activa con organismos como la OMS y ONUSIDA. Hoy, este legado continúa a través de la Comisión de las Iglesias para la Salud y la Sanación, creada recientemente.
 
El llamado del CMI refuerza la importancia de las alianzas interinstitucionales con organizaciones de base comunitaria, incluyendo congregaciones religiosas, como actores clave en la promoción de la salud pública, especialmente en regiones rurales y apartadas donde estas redes continúan siendo el único acceso disponible a atención médica básica.

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