Edición Médica

Miguel Sánchez, decano de la facultad de Enfermería de la Universidad El Bosque.

Melba Lucía Murillo. Bogotá
En Colombia, la labor de los cuidadores de personas con discapacidad y con enfermedades crónicas es invisible y, en un alto porcentaje no es remunerado. Aunque la Ley 2297 del 2023, reconoce la importancia que debe tener este trabajo, son los mismos familiares quienes terminan asumiendo dicha responsabilidad y el costo económico.
 
Según las estadísticas del DANE, en el 2021 determinó que el valor del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en Colombia ascendió a 462 mil 295 millones de pesos. Y es que por lo menos 8,3 millones de personas, tienen responsabilidades del cuidado dentro del hogar 24 horas y siete días a la semana y no reciben ninguna remuneración. Es considerado más un oficio que una profesión y la jornada de trabajo es superior y mucho más cuando no se respeta el descanso dominical, los días festivos o las vacaciones anuales.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, el decano de la facultad de Enfermería de la universidad El Bosque, Miguel Sánchez, ha asegurado que, “esta labor que ejercen los cuidadores representa un alto costo económico para las familias, quienes asumen gastos en alimentación, medicamentos, transporte, terapias y otros servicios especializados, aliviando en un alto porcentaje la carga de los sistemas de salud y servicios sociales”.
 
“La Corte Constitucional ha señalado en varias oportunidades que el cuidado y la responsabilidad de una persona con discapacidad y enfermedades es de la familia y no del sistema de salud”, ha agregado.
 
De igual forma, Sánchez remarcó que, “en el Congreso de la República tampoco ha sido posible darle un debate positivo a este tema y mucho menos incluirlo en la nueva Reforma al Sistema de Salud que tanto han discutido. No ha existido la figura del cuidador familiar, es una exclusión del sistema”.
 
En cuanto a las cifras, el especialista ha evidenciado que, el 77 por ciento de las actividades de cuidado en Colombia son llevadas a cabo por mujeres. “Ellas dedican un promedio de 21 horas semanales a estas labores, lo que se traduce en una menor participación laboral femenina”, ha indicado.
 
Asimismo, se presencia un “menor acceso a la educación y menos oportunidades de desarrollo personal y peor aún este trabajo invisible no se refleja en las estadísticas económicas tradicionales, ya que no se tiene en cuenta su aporte fundamental al bienestar social y económico del país”, ha dicho el decano de la Universidad El Bosque.
 
Inclusión y apoyo
 
Dado el panorama, Sánchez ha considerado necesario “implementar en las políticas públicas integrales que hoy existen en Colombia el reconocimiento del valor del cuidado no remunerado y brindarles apoyo”.
 
Además, “estas políticas deben incluir la valoración económica para reconocer el aporte del cuidado no remunerado a la economía nacional a través de su inclusión en las cuentas nacionales.  Esta es una labor fundamental para el bienestar individual y social”.
 
Para el decano de la facultad de Enfermería es importante “reconocer el valor del trabajo de cuidado no remunerado, principalmente realizado por mujeres, y adoptar políticas públicas que apoyen a los cuidadores y promuevan una distribución más justa de las responsabilidades de cuidado en la sociedad colombiana”.
 
“La Enfermería desempeña un papel crucial en la reducción de este costo al disminuir la necesidad de institucionalización de pacientes y brindar apoyo a los cuidadores familiares”, ha aclarado el decano.
 
Normativas de seguridad
 
En año pasado el presidente Gustavo Petro sancionó el 28 de junio la Ley 2297 del 2023, que establece los beneficios para cuidadores de personas en situación de discapacidad, para que tengan flexibilidad en sus horarios, garantías en su salud, posibilidades de emprender. La Ley reconoce la importancia del cuidador y busca garantizar sus. Esta ley establece medidas para fortalecer la autonomía de estas personas, promover su inclusión social y económica, y mejorar su calidad de vida.
 
De ese modo, esta norma entregará al cuidador las herramientas necesarias en cuanto a lo social, clínica, económica y emocional que respaldarán su trabajo, así como también para desempeñarse en otros ámbitos personales como sus labores familiares. Será el 24 de julio, la fecha establecida para celebrar cada año el día del cuidador de personas con discapacidad.
 
 
El dato
 
Por último, Sánchez ha hecho hincapié en la intervención temprana y preventiva para evitar complicaciones y hospitalizaciones, optimizando los recursos del sistema de salud. “Se deben proponer soluciones a este problema, razón por la cual la universidad El Bosque ha preparado un programa de formación de cuidadores que ofrece herramientas y conocimientos necesarios para brindar una atención integral y de calidad a quienes cuidan de otros y así su labor sea reconocida como una profesión”.

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