CAPACIDAD ASISTENCIAL
Médicos intensivistas alertan por desabastecimiento de medicamentos esenciales en UCI
El sindicato ha exhortado al Ministerio de Salud y al Invima a tomar medidas urgentes para enfrentar esta crisis
Se ha reportado una carencia de medicamentos vasoactivos y de soporte hemodinámico en las UCI.
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Redacción. Bogotá
El Sindicato Gremial de Especialistas en Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (Sicrítico) ha advertido sobre una “
grave situación de desabastecimiento” de fármacos fundamentales para la atención de pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), entre ellos
Norepinefrina, Vasopresina, Azul de Metileno, Furosemida y Milrinone.
En un comunicado dirigido a la opinión pública, el gremio ha expresado su profunda preocupación por el impacto que la escasez de estos medicamentos tiene sobre la
seguridad del paciente y la
capacidad asistencial de los
equipos médicos. La ausencia de dichos fármacos, según ha señalado Sicrítico, “no solo compromete la labor asistencial de los profesionales de la salud, sino que pone en riesgo directo e inminente derechos fundamentales de los pacientes, particularmente el derecho a la vida y a la salud”.
El sindicato ha exhortado al Ministerio de Salud y Protección Social y al Invima a tomar medidas urgentes para enfrentar esta crisis:
-Informar públicamente a la ciudadanía sobre la disponibilidad real de los medicamentos.
-Adoptar con celeridad acciones que garanticen el abastecimiento oportuno en todo el territorio nacional.
-Fortalecer los mecanismos de verificación y control para prevenir acaparamiento, especulación u otras conductas que agraven el desabastecimiento.
La carencia de medicamentos vasoactivos y de soporte hemodinámico en UCI pone en riesgo a
pacientes con choque séptico, falla cardiaca, hipertensión pulmonar y otras condiciones que requieren manejo inmediato. Para Sicrítico, esta situación ha constituido “una amenaza inaceptable” en un sistema de salud que debe garantizar atención continua y de calidad.
El comunicado ha concluido con un llamado urgente a las autoridades sanitarias nacionales, recordando que la garantía del derecho a la salud “constituye una
prioridad inaplazable para la protección de la vida y la dignidad de los pacientes”.
Una realidad insostenible
Desde mediados de 2024, ha sido común ver largas filas de personas en ciudades colombianas esperando sus medicamentos. Pacientes con enfermedades crónicas, que necesitan insulina, anticoagulantes o medicamentos para el cáncer, pierden horas o se van sin nada. La causa no es solo falta de medicamentos, sino
problemas de gestión y distribución, según han remarcado diversos voceros y expertos del sector de la Salud.
De igual forma, han enfatizado que, pese a la existencia de los medicamentos en los registros,
no llegan a los pacientes a tiempo. De acuerdo con una investigación de la Pontificia Universidad Javeriana, esta realidad es como un engranaje: si una pieza falla, todo el sistema se detiene, causando escasez o disponibilidad limitada de ciertos medicamentos.
El gobierno, las EPS (Entidades Promotoras de Salud), los gestores farmacéuticos y la industria se han culpado mutuamente por la crisis de desabastecimiento, no obstante, el problema tiene raíz en la
falta de recursos, logística y coordinación dentro del sistema de Salud.
Cabe mencionar que, el
gasto público en medicamentos en Colombia ha alcanzado un récord de
19,4 billones de pesos proyectados para 2024, con un crecimiento anual promedio del 6,3 por ciento entre 2021 y 2024, según ha precisado un informe de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI).
Sin embargo, las
quejas por acceso a medicamentos han aumentado un 123 por ciento desde noviembre de 2024, convirtiéndose en la principal queja de los usuarios. El gasto en medicamentos financiados con fondos públicos representa entre el 62 y el 67 por ciento del gasto nacional, concentrándose en tratamientos costosos, especialmente terapias oncológicas y para la diabetes.
Departamentos como Guaviare, Norte de Santander y Santander superan el promedio nacional en quejas. ACEMI señala que esta disparidad entre el aumento del gasto y la insatisfacción del paciente indica la necesidad de
mejorar la eficiencia en la distribución y la gestión farmacéutica, y advierte sobre la sostenibilidad financiera del sistema, ya que el gasto en medicamentos representa más del 23 por ciento de los recursos de la Unidad de Pago por Capitación (UPC).